Los que más me fascinaban eran los de color de hilos degradados.
Mi madre tenía tantos, que me entretenía en hacer construcciones
como si de taquitos de madera se tratara.
Se gastaron o se perdieron la mayoría, pero los que han quedado los he adornado de
pequeños detalles, para que estén más cerca de nuestro CORAZON.
La bobina tiene su hilo intacto, sigue debajo de la telita de colores.